Portfolio
El inquietante mensaje se anunció y se repitió durante días: La nevada del siglo llamaba a la puerta de la gran ciudad y esta vez el presagio se cumplió superando los temores de los más alarmistas. El fuerte temporal cubrió la ciudad con un grueso manto de nieve que transformó por completo el paisaje urbano hasta el punto de dibujar una nueva ciudad, un Madrid glacial, insólito, desdibujado y apenas reconocible por sus edificios y construcciones más características.
Este trabajo fotográfico no es un documento objetivo, no pretende serlo, es más bien una visión personal y en presente de lo que sucede y no lo sucedido, un atisbo de las fuerzas de la naturaleza en plena acción, sacudiendo los cimientos de la civilización, alterando el paisaje sí, pero sobre todo azotando sin piedad a los ciudadanos hasta llegar a paralizar la vida urbana.
Es duro fotografiar bajo el temporal y la ventisca pero es mucho más bello y gratificante captar la densa atmósfera, los trazos de los enfurecidos copos de nieve que se clavan como aguijones en los transeúntes, el dinamismo y la dirección del viento, que mostrar simplemente la tela ya pintada, la ciudad blanca y nevada.
Por ello creo que estas imágenes son en realidad un relato, una colección de sucesos humanos congelados en el tiempo con el telón de fondo de mi ciudad natal, la bella y animosa Madrid.